Lecturas para el martes XXXI Semana Tiempo Ordinario Año Par, 3 de noviembre de 2020
Lecturas Martes 31ª Semana de Tiempo Ordinario
Años Pares
Martes 3 de noviembre de 2020
PRIMERA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2, 5-11
Hermanos:
Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús.
Él, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se despojó de su rango
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte,
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor,
para gloria de Dios Padre.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 21, 26b-27. 28-30a. 31-32
R. El Señor es mi alabanza en la gran asamblea.
Cumpliré mis votos delante de sus fieles.
Los desvalidos comerán hasta saciarse,
alabarán al Señor los que lo buscan:
viva su corazón por siempre. R.
Lo recordarán y volverán al Señor
hasta de los confines del orbe;
en su presencia se postrarán
las familias de los pueblos.
Porque del Señor es el reino,
él gobierna a los pueblos.
Ante él se postrarán las cenizas de la tumba. R.
Mi descendencia le servirá,
hablarán del Señor a la generación futura,
contarán su justicia al pueblo que ha de nacer:
todo lo que hizo el Señor. R.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 14, 15-24
En aquel tiempo, uno de los comensales dijo a Jesús:
—«¡Dichoso el que coma en el banquete del reino de Dios!».
Jesús le contestó:
—«Un hombre daba un gran banquete y convidó a mucha gente; a la hora del banquete mandó un criado a avisar a los convidados:
"Venid, que ya está preparado".
Pero ellos se excusaron uno tras otro.
El primero dijo:
"He comprado un campo y tengo que ir a verlo. Dispénsame, por favor".
Otro dijo:
"He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas. Dispénsame, por favor".
Otro dijo:
"Me acabo de casar y, naturalmente, no puedo ir".
El criado volvió a contárselo al amo.
Entonces el dueño de la casa, indignado, le dijo al criado:
"Sal corriendo a las plazas y calles de la ciudad y tráete a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos".
El criado dijo:
"Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía queda sitio".
Entonces el amo le dijo:
"Sal por los caminos y senderos e insísteles hasta que entren y se me llene la casa".
Y os digo que ninguno de aquellos convidados probará mi banquete».
Palabra del Señor.
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